O jornal espanhol El Pais é parada obrigatoria, para mim, todos os dias, principalmente nos finais de noites. O site deles é um dos mais modernos e informativos dentre todos os de grandes jornais norte-americanos e europeus. Ou seja, é um site cinco estrelas.
Navegando agora, neste final de noite de um ótimo domingo em Brasília, me deparei, na homepage deles e bem destacada, com esta noticia (que reproduzo abaixo) sobre o interesse dos presidentes Barack Obama dos EUA e Luis Inácio Lula da Silva do Brasil em aumentar o nível dos negócios entre as duas nações na pauta dos hidrocarbonetos (leia-se petroleo e derivados).
É interessante (e inexplicavel, sob o ponto de vista jornalistico) destacar que esta notícia ainda não teve, apesar da hora - quase meia noite no Brasil - repercussão nos sites dos grandes jornais brasileiros. Certamente vai ecoar amanhã, mas agora, na "boca do caixa", só a Oficina de Gerencia (que pretensão!). É brincadeira gente...
Voltando a falar sério. É uma noticia relevante e não só pelo viés economico. Mostra e confirma a importancia estrategica do Brasil como produtor de petroleo e a alternativa, escolhida pelo maior consumidor do produto, no planeta, em colocar nosso pais como parceiro comercial em um item notável para as exportações brasileiros. Nestes tempos de crise mundial é uma notícia mais que alvissareira. Resumindo a ópera: o Brasil entra na linha direta da concorrência com a Venezuela pelo mercado norte-americano de petroleo.
Sem considerar as injunções da politica internacional que certamente vão ter que ser avaliadas, o fato é, em si, uma demonstração gerencial de competência da "empresa Brasil S/A". Ao que parece as redações estão fechadas e só irão tratar do assunto amanhã. Mas na Espanha, no El Pais, o dia 9 (segunda feira) já começou. Desculpem a imodestia, mas a Oficina de Gerencia está acordada lá e aqui. Eis a noticia transcrita do site espanhol.
Obama quiere el petróleo de Lula
Washington pretende poner fin a su dependencia energética de Venezuela
FRANCHO BARÓN - Río de Janeiro - 09/03/2009
Varias fuentes diplomáticas y gubernamentales de Brasilia han confirmado a EL PAÍS el interés del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva en aumentar la presencia brasileña en el mercado norteamericano de hidrocarburos, aunque ello implique una colisión frontal con los intereses venezolanos. Todo ello dependerá de la cantidad de crudo que la compañía estatal brasileña Petrobras consiga bombear en los próximos años de los pozos perforados frente a los litorales de los Estados de Río de Janeiro y São Paulo, así como del marco jurídico que Washington y Brasilia suscriban.
Desde Brasilia se insiste en que el primer objetivo del Gobierno es abastecer totalmente su mercado interno y dejar de depender de las importaciones de crudo. Una vez que alcance esta meta, Petrobras entrará en la pelea a cara de perro por los mercados mundiales de hidrocarburos y sus derivados. Por su cercanía geográfica y la fluidez del diálogo político que ya se ha establecido con su nuevo presidente, EE UU se convierte en el gran comprador natural del oro negro brasileño.
Del total de las importaciones norteamericanas de hidrocarburos, el 11% proviene de Venezuela. La empresa estatal venezolana PDVSA no sólo vende a EE UU petróleo pesado y extra pesado, sino que también mantiene sus propias refinerías en suelo estadounidense y una amplia red de estaciones de servicio que distribuye sus derivados. Para Washington, una relación comercial estable con Venezuela en el terreno energético es importante. Sin embargo, y pese a sus frecuentes amenazas de cerrar el grifo del crudo, para el régimen de Chávez la venta de petróleo a su enemigo número uno se ha convertido en una cuestión de vida o muerte ya que le supone una caja diaria de unos 80 millones de dólares (64 millones de euros).
Es este contexto el Gobierno de Washington tiene el ojo puesto desde hace meses en las recién descubiertas megabolsas brasileñas de crudo. Según los estudios preliminares realizados por Petrobras, se encuentran frente a las costas de Brasil, en la capa denominada presal, es decir, bajo una gruesa capa de sal que puede alcanzar los dos kilómetros de espesor. Es de una calidad excelente. Se trata de petróleo ligero, que en comparación con el pesado y el extrapesado (los extraídos en Venezuela), requiere menos trabajo e inversión para ser refinado y transformado en derivados.
Fuentes diplomáticas brasileñas recuerdan que el Departamento de Defensa norteamericano decidió reactivar el pasado julio su Cuarta Flota para el Caribe y América del Sur, compuesta inicialmente por 11 buques, entre ellos un portaviones y un submarino nuclear. "Esta decisión no es casual. Ahora más que nunca estamos en el radar de los estadounidenses, ya que existe una cierta preocupación en algunos sectores de ese Gobierno por lo que suceda en esta zona de producción petrolífera", apunta una fuente cercana al presidente brasileño.
Las mismas fuentes señalan que, para EE UU, Venezuela es un motivo de preocupación más que de sosiego o estabilidad regional. Obama mira al Gobierno de Brasilia como su aliado natural en Suramérica. Brasil es un país políticamente estable, de gran potencial económico, con una inmensa riqueza natural y humana. "Si Brasil continúa en su línea de fortalecimiento institucional, respeto a los principios de la democracia y al medio ambiente, seguridad jurídica y disminución de la desigualdad social, seremos un país productor de petróleo único en el mundo. Y esto es muy atractivo para EE UU", asegura una fuente gubernamental brasileña experta en política energética.
Aunque aún se desconocen las reservas exactas, sí se sabe que el petróleo hallado en el litoral brasileño es abundante: si se cumplen las previsiones, Brasil pasará a ser el octavo o noveno productor del planeta. Además, su transporte hasta EE UU es casi tan sencillo como desde las costas venezolanas. "Washington entiende que las reservas del presal son la salvación de su dependencia de Venezuela", se insiste en Brasilia.
Para Petrobras, la viabilidad del pacto comercial dependerá de las cantidades de crudo que se logren extraer. La previsión es que haya petróleo para exportar no sólo a EE UU, sino a otros países del mundo que ya han mostrado interés, como China y Japón.
Brasil insiste en que está más interesado en la venta de derivados, como gasolina, ya que le resultará mucho más rentable que la venta de barriles de crudo. Esto explica que Lula haya decidido apostar por una gran inyección de capital en Petrobras para la construcción de cuatro nuevas refinerías y la ampliación de otras tantas que ya existen. Brasil aumentó sus exportaciones de petróleo y derivados en casi un 10% en 2008, y el 40% de esas ventas fueron a parar a EE UU. El negocio está en marcha."
Habrá que ver como prospera esto en el trascurso del tiempo y que impacto político tendrá en la región.
ResponderExcluir